martes, 29 de junio de 2010

EDUCACION DE LA MUJER EN CHILE








Visión de la sociedad y la iglesia sobre la mujer

La mujer tuvo acceso tardíamente a la educación.

La enseñanza del siglo XIX, estaba muy influenciada por la Iglesia a todos los niveles y sigue contemplando a la mujer en un papel secundario.

Ella se debía al matrimonio y se legitimaba con la maternidad.

No tenía derecho a recibir su salario


La instrucción en establecimientos educativos no estaba dirigida a formar académicas o sabias.

Su educación debía ir orientada a su misión en la vida, los quehaceres domésticos. Los hombres manejaban los negocios.

Escuela primaria, a la Escuela
Normal de Preceptoras creada en
1854 y dirigida por las religiosas
del Sagrado Corazón, y hacia fines
del siglo XIX, a los primeros liceos
femeninos.


Martina Barros de Orrego, Isabel Lebrún de Pinochet y Antonia Tarragó defendieron la igualdad de capacidades y de derechos entre hombres y mujeres para cursar estudios superiores.

Las dos últimas se recuerdan por sus reiteradas solicitudes al gobierno.

Los liceos fiscales eran todos masculinos.



El decreto Amunátegui
El 6 de febrero de 1877 se dictó el Decreto Amunátegui. Firmado por el entonces Ministro de Instrucción Pública, Miguel Luis Amunátegui.

El que otorgo a la mujer el
derecho de ingresar a la Universidad.

Las mujeres más acomodadas podían tomar lecciones de música, leer a los poetas greco latinos y alguna novela francesa de carácter romántico y educativo.






Este mandato se basó en :
Que conviene estimular a las mujeres a que hagan estudios serios y sólidos.

Que ellas pueden ejercer con ventaja algunas de las profesiones denominadas científicas.

Que importa facilitarles los medios de subsistencia para si mismas.


El decreto estipulaba que las mujeres que aspiraban obtener títulos profesionales debían rendir exámenes válidos bajo las mismas condiciones a las que estaban sometidos los hombres.

Las carreras elegidas por las primeras mujeres universitarias fueron derecho y medicina.

Eloísa Díaz y Ernestina Pérez son las primeras mujeres en recibir el título de médico cirujano.


Eloísa Díaz Insunza
Nació en 1866, hija de Don Eulogio
Díaz Varas y Carmela Insunza.

Fue la primera mujer en ingresar a
estudiar medicina a la Universidad de Chile.

Sus estudios primarios los realizó en el colegio de doña Dolores Cabrera de Martínez y sus humanidades, en el liceo de la señora Isabel Lebrun de Pinochet y en el Instituto chileno.


El 11 de Abril de 1881 el Ministro Amuntegui le hace entrega del título de Bachiller en Filosofía y Humanidades y se incorpora de inmediato a la carrera de medicina.

El 3 de enero de 1887 el Presidente de la Republica Sr. José Manuel Balmaceda le hace entrega de su diploma como Médico Cirujano.

José Huneeus, Rector de la Universidad de Chile, ordena dejar constancia en el Acta que es la primera mujer chilena que obtiene un título profesional.

Sus primeros pasos profesionales fueron entre 1888 y 1890 como ayudante de la clínica de ginecológica del profesor Roberto Moericke.

En enero de 1891 se integró al plantel médico del hospital San Borja.

Al mismo tiempo, en 1889, ejercía como profesora y médico de la Escuela Normal de Preceptores del sur, donde permaneció hasta el año 1897.

En 1898 se convirtió en Inspector médico escolar de Santiago, y más tarde asumió el cargo a nivel nacional, ejerciéndolo durante treinta años.

1911, fue nombrada directora del Servicio Médico Escolar de Chile, destacando en impulsar el desayuno escolar obligatorio, la vacunación masiva.

En 1950 enfermó, por lo que fue internada en el hospital San Vicente de Paúl donde murió a los 85 años.



Ernestina Pérez Barahona
Nació en 1868 en Valparaíso. En 1887, se recibió de médico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile a los 21 años, sólo siete días después que Eloísa Díaz.
Continuó formándose en Europa, en particular en Alemania país donde no se aceptaban mujeres en las universidades, restricción que la obligó a asistir a clases separada de los hombres por un biombo. Murió a los 86 años de edad.


Durante los 50 primeros años del siglo XX, el aspecto más destacable de la historia de la mujer chilena corresponde a la llamada «emancipación femenina».

En 1913 comienzan a parecer en nuestro país los primeros movimientos femeninos organizados.
De conciencia, por parte de un número creciente de mujeres.


LA GRAN GUERRA DE 1914
Provocó en Europa el ingreso masivo e involuntario de la mujer al mundo del trabajo.

Las mujeres debieron hacerse cargo de la industria, y de la administración pública, entre otras muchas tareas.

La mujer demostró su capacidad y se produjo un debate mundial respecto a la situación de ésta ante la ley.



Pasados cincuenta años del decreto Amunátegui, la incorporación de las mujeres a la vida universitaria se había ampliado de manera sustantiva a carreras como las de química y farmacia, odontología, pedagogía, obstetricia, enfermería y servicio social.

Hacia 1960, más de ocho mil mujeres habían recibido educación universitaria, constituyéndose así un grupo diverso de mujeres profesionales, concentradas en su mayoría en la capital, entre las cuales, el oficio preferido fue el de profesora de estado.


En la actualidad:
La educación puede ser considerada el área en la que las mujeres han obtenido los mayores logros en las últimas décadas. La educación ha influido en la participación económica de la mujer y en su poder adquisitivo.

La mayoría de los gobiernos han eliminado actualmente las barreras formales para el ingreso en los sistemas de escolarización, lo que ha permitido una igualdad de acceso tanto para las niñas como para los niños.

La llegada de la mujer a la universidad representó un avance en la conformación de la nación y representó un cambio, que se dio dentro de un proceso gradual, el cual era la extensión de la educación en los diversos sectores de la sociedad. Y se demostró que las mujeres podemos más de los que muchos piensan, solo hay que darles la oportunidad de que lo demuestren.

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